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Tras varios campeonatos del mundo celebrados en Mundaka, una draga realizada en 2003 cambió totalmente la vida costera de la comarca. En los últimos campeonatos la ola no estaba funcionado tan bien. Recuperar la playa de Laida, prácticamente desaparecida tras la fuerte erosión sufrida durante los temporales, provocó la desaparición total de la ola.

Un estudio de la Universidad de Pais Vasco concluyó que el desencadenante de la desaparición de la ola izquierda más conocida del mundo, que empezó a notarse hace dos años,  no fue solo esa gran cantidad de arena en Laida, que taponó el canal natural de la ría e hizo que se formara un nuevo cauce pegado a la playa, sino también el último dragado realizado por la empresa Astilleros de Murueta, que necesitó calado en la ría para sacar a flote los barcos que construía. Esta draga fue la mayor en los últimos 30 años: 287.000 metros cúbicos de arena y fango, el 85% de ellos depositados en la playa de Laida. Las tres extracciones de arena anteriores, cometidas en 1992, 1995 y 1998, habían rondado los 50.000 metros cúbicos, casi seis veces menos.

Las alarmas saltaron públicamente en la primavera de 2004 y la preocupación de los surfistas y  especialmente del sector hostelero, con cuatro hoteles para un municipio de 1.800 personas, fue aumentando hasta que en enero de 2005 el mundial celebrado desde años atrás tuvo que ser suspendido.

Un desastre ensombrece Mundaka 

El mismo error se repite  

La ola del municipio vasco de Mundaka resucitó después de desaparecer por el dragado realizado en 2003, que espantó a los campeonatos mundiales de surf que albergaba.

En 2015, con la mágica ola resucitada y en pleno esplendor, esa historia del hombre contra la naturaleza volvió a resurgir. El inicio de unas obras a petición del Ayuntamiento de Ibarrangelu para regenerar la playa de Laida de cara a la temporada de verano que, víctima de los fuertes temporales de 2014, ha visto mermada su arena en la pleamar, atemorizó no solo al entorno natural, sino a vecinos, ecologistas y surfistas de todo el mundo.

Los defensores del nuevo plan de construcción de la playa de Laga,  apuntaban grandes diferencias de este plan con respecto al anterior. La arena requisada no se quitaría del cauce sino de los depósitos intermareales. Sin embargo nadie pudo garantizar que la ola no sufriría cambio alguno. Un miembro del Patronato de Urdaibai declaro que “no solo la arena es el principal factor que puede provocar la desaparición de la ola, igualmente, estamos casi convencidos de que el trasvase no va a afectar a la formación de la ola”.

Por su parte la comunidad surfera, tachada de pensar solamente en la ola y no en las necesidades de los demás, se opuso completamente al dragado. Los vecinos de Urdaibai se encontraron divididos entre los partidarios de las obras de reconstrucción de la Playa de Laida, un importante reclamo turístico para la zona, y los detractores, en su mayoría surfistas, que solicitaban la suspensión de las obras. Ante la presión del colectivo, el Ayuntamiento de Mundaka finalmente solicitó la suspensión de los movimientos de arena de las excavadoras hasta disponer de nuevos informes técnicos más detallados sobre el plan de regeneración de arenal, tal y como reclaman los surfistas, que además, reprochan que hubieron modificaciones sobre el planteamiento original.

Después de  la paralización cautelar de las obras, la decisión de continuar con la reconstrucción prevista quedó en manos de la Demarcación de Costas.  Finalmente las obras siguieron adelante, quitándole calidad a la izquierda más preciada de Europa y del propio entorno natural. Esta vez surfistas locales lucharon por su querida ola consiguiendo parar en numerosas ocasiones la obra de extracción. Tras las incontables protestas realizadas, la ola de Mundaka fue declarada Reserva de Surf por lo que se consiguió blindaje frente a futuras intenciones de dragar la ría, marcando un antes y un después en la historia de la ola de Mundaka.

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