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          Lander Sánchez representa a la insaciable cantera del surf en Euskadi. A sus 21 años, lleva más de 12 sobre una tabla y, pese a que confiesa que en el mar lo que busca “son sensaciones y crecer con uno mismo”, ha disputado varios campeonatos de talla europea, nacional, circuito vasco y locales, aunque ahora se ha decantado por el freesurf para conseguir el respaldo de marcas deportivas. A pesar de su juventud, Sánchez se ha especializado en olas grandes, buscando siempre superar sus propios objetivos y esas sensaciones especiales que le trasmiten este tipo de condiciones.

 

            En cuanto a Mundaka, lamenta no haberla conocido antes debido a su juventud, aunque afirma que siempre ha oído como antes surfeaban tan solo veinte personas un día épico. Ahora dice que “un día bueno supone estar más a pelearte por coger una ola que de disfrutarla, aunque una vez de que la coges, te puedes hacer sin duda el tubo de tu vida”. “Prefiero ir un día grande y un poco más movidos para surfear con menos gente” manifiesta Sánchez, ya que tiene el “privilegio de conocer otras rompientes menos masificadas cuando la barra está clásica cerca de mi casa”.

 

            Centrándonos en la importancia mundial que ha adquirido tanto el País Vasco como Mundaka, Sánchez admite que “la ola es lo que hace especial al pueblo, atrae a muchos turistas”, y en su opinión, “la ola es la base económica del pueblo, pese a que es un pueblo pesquero precioso”.

 

            En su experiencia como competidor, Sánchez explica que la prueba de Mundaka es especial, ya que “es necesario entrar en un Top24 para poder disputarla”, por suerte, de los tres años que ha corrido el circuito vasco completo, se consiguió clasificar en dos de ellas para las finales. La primera de las veces cayó en semifinales en un día clásico de la barra y el siguiente año “estaba muy gordo, con series muy sólidas y el mar un poco movido por un swell potente que había entrado el día anterior”. Cansado después de un viaje a Marruecos en el que le perdieron las tablas, Sánchez pasó con solvencia los cuartos de final gracias a “una ola grande y larga”. En las semifinales, confiesa que “tenía una manga muy difícil” y para colmo una serie desfasada le rompió su tabla cuando intentaba pasarla por debajo haciéndole perder un tiempo vital para sus aspiraciones.

 

            Hablamos también de las alteraciones que el hombre ha hecho en el ecosistema de Mundaka y también en la playa de La Arena, su ola local. “Cuando se dragó esta última vez sé que la ola perdió mucha calidad, lo mismo que nos pasó en La Arena cuando hace tres inviernos nos dragaron la playa”. Sorprendentemente, al ser muy aficionado a la pesca submarina, Sánchez afirma que no solo afecta a las olas, también a todos los peces y jibiones que se alimentan del fondo y que se reproducen. “Al final la draga- cuenta Sánchez- remueve todo ese fondo y medioambientalmente se carga toda la biodiversidad, y ciñendo el tema al surf, está claro que si hacen un agujero enorme se va a rellenar a costa de quitarlo de otro lado, lo que origina que las olas desaparezcan o pierdan mucha de la calidad por las que son famosas”. Aun así, explica que la naturaleza tiene sus ciclos y que “si le quitas algo al mar él te lo va a quitar a ti de la tierra, y eso pasa en Mundaka  y en todos los sitios costeros”. Para finalizar, Sánchez concluye con un mensaje muy optimista y positivo ya que, para él “la draga se notó muchísimo, pero este invierno y el pasado la ola ha funcionado al 100%”.

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