
Puede parecer sencillo surfear una ola en Mundaka, pero no lo es. Corrientes, embarcaciones, remolinos... son muchos de los factores a tener en cuenta cuando las olas llegan a un cierto tamaño. A continuación os explicamos cómo es Mundaka y algunos consejos para intentar surfear en esta histórica rompiente.
Mundaka tiene una de las entradas al agua más fáciles del mundo. Aparcas en el pueblo, te cambias cerca del coche y llegas hasta el puerto. Una vez allí bajas por las escaleras y a 100 metros está el pico. Cuando las olas rompen por encima de la roca situada junto al pico, se forman algunos peligrosos remolinos. Dependiendo del estado de la marea y el coeficiente de la misma, la corriente suele ser fuerte (desembocadura de la Ría de Urdaibai), empujándote hacia fuera cuando la marea está bajando y metiéndote hacia debajo del pico cuando sube, por lo que permanecer en el pico es complicado. Es muy común que los surfistas, al finalizar una ola, aprovechen esta corriente para remontar de nuevo al pico sin esfuerzo y no tener que hacerlo por la diagonal de la ola.
A lo largo de los casi 400 metros que recorre la ola, encontramos varios picos dependiendo del oleaje, del estado de la barra y de la marea. Para los locales o los más expertos existe un pico paralelo a la roca. Es donde la ola entra en contacto con la barra de arena por primera vez. Es un pico con una bajada muy vertical y un profundo y largo tubo que agrupa al grueso de surfistas cuando las condiciones son buenas. Después de este pico, la ola llega a su segunda sección, que si las olas abren puede ser surfeable hasta el final. Por último existe el pico de la última sección de la ola, donde se agolpan los surfistas que buscan coger olas más relajados. Es el pico más corto de toda la barra pero, en ocasiones, se forma el mejor tubo.
Al final de la última sección, la izquierda de Mundaka cierra con la derecha de Laida, creando otra zona peligrosa a partir de cierto tamaño con fuertes corrientes y sin apenas zona de escape debido a los cerrotes producidos por las dos olas. Otro de los peligros a tener en cuenta es el tráfico de embarcaciones que circulan por la ría y que de vez en cuando provocan algún susto. Por último, debido a la cantidad de surfistas que alberga la barra en los días buenos, es bastante común el choque entre los surfistas que se encuentran remontando y los que van en la ola.


