En los años 80, la ola se convirtió en el reclamo turístico del pueblo lo que generó una actividad económica grandísima. Si para unos la playa ya era una fuente de ingresos y reclamo turístico -recibe 210.000 visitantes al año y genera 4,8 millones de euros - con la aparición de la ola, Mundaka fue consciente del potencial de la nueva disciplina que se estaba dando.  Lo que implicó a todo el pueblo a cubrir las necesidades concretas de los practicantes del surf y así poder exprimir al máximo este impacto importante en el turismo de la villa.