
Ibón Garmendia es un “bilbaíno-mundaqués” enamorado del mar. A sus 43 años se define como “uno más en este mundo tan inmenso que es el surf”, en el que dio sus primeros pasos hace tanto tiempo que apenas recuerda la edad exacta en la que surfeó su primera ola. Pero a Garmendia no solo le une con Mundaka el surf. Cuando era pequeño, sus “aitas” tenían casa allí y pasó gran parte de su vida corriendo en las calles de este pequeño pueblo. Más de 30 años después, este surfista regresa al que fue su hogar semana tras semana para disfrutar de su gran pasión.
Desde los siete u ocho años, Garmendia se juntaba con otros surfistas de la talla de Craig Sage, y juntos cruzaban nadando la ría de Mundaka desde Txorrokopunta hasta la playa de Laida para aprender a surfear con los bodyboards, planques o tablas de surf que tuviesen a mano. Años más tarde, Garmendia comenzó a surfear en La Barra y nos confiesa que el cuando empezó “había muy poquita gente”. “En aquella época recuerdo estar en el agua con Craig Sage, Brush, Nick Lavery… que son los de Mundaka de toda la vida y unos pocos más que solían ir”, afirma nostálgico Garmendia rememorando aquellos días en los que “mirabas desde la atalaya y un día bueno… ¿qué había?¿10 personas un día brutal?”. En cuanto a la calidad de la ola comenta que “no ha variado gran cosa, son fases. Al final unos años sale la corriente pon un lado y otros años se abre más. La arena al final se va colocando de una manera u otra y hay veces que está mejor y otras peor, aunque un día malo de Mundaka es mil veces mejor que cualquier otra playa”.
Uno de los motivos por los que se ha considerado que la ola de Mundaka había muerto fueron los abusivos dragados que se hicieron en el cauce del río para facilitar la salida de una embarcación construida en los Astilleros Murueta, próximos a la desembocadura de la ría. Ante este tema el surfista local de la ría muestra su descontento y considera que es la mano del hombre la que destroza la ola. “En cuanto se hace el dragado- afirma Garmendia- la ola desaparece, ya nos acordamos de algunos campeonatos del mundo en los que la arena no estaba colocada en su sitio por lo que la ola iba muy floja y se cortaba en vez de enlazar secciones, y eso es porque el hombre metió mano en la barra”. La postura de Garmendia es clara respecto a este tema: “No tocar, porque si lo tocas, lo rompes”. Además, Garmendia acudió a las reuniones con las instituciones vascas y directores de la extracción de arena porque considera que Mundaka es su “patio del colegio”. “El surf es como una terapia, yo salgo de trabajar y lo que necesito es ir a disfrutar al patio de mi colegio que es Mundaka. Si me rompen Mundaka me arruinan la vida” responde Garmendia. Él también afirma que actuó de la mejor manera que pudo porque se considera parte activa del pueblo de Mundaka desde que nació.
En términos de fama mundial, Mundaka es conocida por el surf y, según Garmendia “si no hubiera esta joya, Mundaka sería un pueblo costero más”. “En un día bueno de surf con 100 personas en el agua, más de treinta son extranjeros. La afluencia de estos surfistas en los meses de otoño e invierno es casi masiva, que es lo que le da vida al pueblo” concluye Garmendia, aunque no sin antes confesar que Mundaka es su “sitio favorito en el mundo” y destaca “el grandísimo cariño” que le tiene a este pueblo, a sus gentes y a sus olas.



Foto: SurfSearchSpot
