
Simon Murphy es un bodyboarder australiano afincado en el norte de España, a donde vino por el encanto de una ola y se quedó por el encanto de una mujer a la que conoció gracias a Mundaka, con la después que se casó y formó una familia.
Una de las cosas que más le apasionan a Murphy de Mundaka es el entorno natural que rodea al pueblo. “La naturaleza del delta de Urdaibai, la isla de Izaro, la tranquilidad y la belleza del pueblo es lo que más me gusta” afirma el experimentado bodyboarder. Para él, la mejor época es durante los meses de septiembre y octubre, porque hay mucha arena en la barra, la ola va muy seca y coincide con la entrada de las primeras borrascas. “Es una ola larga y con mucho tubo, que es lo que la hace realmente buena. Cuando está clásica la valoro con un 10, aunque en estos días hay demasiada afluencia de gente”, lamenta Murphy aunque piensa que “siempre hay olas para todos”.
Al igual que la gran parte de la comunidad surfera, al australiano es partidario de conservar la naturaleza, el entorno y la ola. “Hay que conservarla, es una draga contra la naturaleza y encima en plena reserva de la biosfera de Urdaibai, no hay que tocar esto” reafirma Murphy.
Además, coincide con la opinión de que la base principal del turismo de Mundaka es el surf, y piensa que, si quieren que sigan viniendo surfistas extranjeros como él vino en su día, tienen que “conservar la barra, porque sin barra no hay olas y sin olas no hay turismo”.
